domingo, 10 de octubre de 2010

¿Qué hacer con Internet?
Los consejos para el buen uso de Internet por parte de los niños, afortunadamente son pocos y muy sencillos. El primero de todos ellos puede parecer obvio, pero resulta fundamental: los padres deben comunicarse con sus hijos. Este “truco” funciona no sólo por los problemas generados por el uso de la Red, sino en todos los demás conceptos de la vida. No es normal que los padres para entretener a los niños les dejen delante de la televisión, la consola o el ordenador para que puedan navegar a su gusto. Estas actividades son buenas y necesarias para el crecimiento y el desarrollo de la persona, de ahí la importancia de los juegos educativos, pero no deben constituir el cien por cien del tiempo de ocio de los niños. Hablar con los hijos, darles una confianza, que se sientan protagonistas del funcionamiento de la casa y la vida familiar sin fundamentalismos de ninguna clase, imposiciones absurdas y saber hacerse respetar sin el uso de la violencia son normas para que la vida familiar funcione sin problemas. Así, los niños no tendrán que “buscar” la falta de cariño o de atención en Internet por parte de otros niños con sus mismos problemas o de desaprensivos sin escrúpulos.


Desde un punto de vista “técnico” el mejor consejo que se puede dar es no permitir que un ordenador con conexión a Internet se situé en los dormitorios de los niños. Ellos pensarán que es totalmente “suyo” y abrirán su espacio íntimo a desconocidos con todos los peligros que esto puede conllevar. Lo mejor en el caso de tener niños y preadolescentes en casa es que el ordenador “familiar” se sitúe en el salón o en cualquier habitación con una vigilancia continua por parte de los adultos.
Ocurre que muchas veces los niños se quedan solos en casa. En ese caso, lo mejor es crear contraseñas de acceso a Internet, perfiles de uso para ellos donde no puedan acceder a la Red, o programas tipo “cibernanny” que vigilan la navegación y no permiten la entrada a determinadas páginas o aplicaciones como Messenger o los salones de Chat.


Y por último, y si se sospecha de un uso indebido del ordenador, es de vez en cuando, realizar una exploración en el ordenador en busca de imágenes inapropiadas o vídeos bajados mediante P2P o descargados a través del Messenger. Una buena idea es grabar las conversaciones en los programas de mensajería para averiguar que escriben nuestros hijos en sus conversaciones y con quien están contactando.
Pero todo se resumen en dos frases: sentido común y buena comunicación. Inculcando estos valores, nuestros hijos crecerán de una forma sana y enfrentándose a la dura realidad de una manera positiva y sin riesgos para su integridad. No hay que olvidar que muchos pederastas o maltratadores fueron niños maltratados o con falta de cariño y desatendidos. No permitamos que se engendren los enfermos del mañana, sino que nuestro deber es formar a personas amantes del respeto y de la paz.




miércoles, 6 de octubre de 2010

INTERNET Y SOCIEDAD

Los términos sociedad y comunicación no se comprenden el uno sin el otro. La actividad social
lleva implícita la comunicación y, en general, cualquier actividad humana de tipo social está
inmersa en un proceso de intercomunicación.
Los avances tecnológicos han complementado y modificado, con el tiempo, la forma en que se
produce esta intercomunicación. Se ha pasado de una comunicación directa, físicamente persona
a persona, a una comunicación indirecta y a distancia gracias a las TIC.
A su vez, estos medios han supuesto una transformación cultural y social que afecta a áreas tan
importantes como son las relaciones humanas, el mundo laboral, el estudio, el entretenimiento...,
favoreciendo además la difusión y compartición de la información.
De forma paralela a estas transformaciones ‘positivas’, aparecen, se difunden y agrandan
una serie de problemas sociales desbaratando el hipotético modelo de sociedad que parece
propugnar Internet.
Internet, entonces, se manifiesta como una herramienta de doble filo. Por un lado, facilita la
obtención y compartición de información y, por otro lado, precisamente por esas mismas facilidades,
se puede convertir en un elemento que no favorece al proceso educativo y formativo
de los jóvenes.
En nuestra sociedad, también llamada sociedad de la información y de la comunicación, se
considera que Internet es un bien cultural que proporciona un beneficio económico, genera
oportunidades de negocio y gran cantidad de servicios directamente relacionados con ella.
Es importante que todas las facilidades y ventajas que proporciona el acceso a Internet sirvan
para mejorar la sociedad, favoreciendo el acceso global a la cultura y al desarrollo, derribando
aquellas barreras que separan y segregan al ser humano. Es decir, favorecer la utilización de
Internet como herramienta integradora y vehículo para minimizar el desequilibrio cultural
existente.
En este sentido y considerando la red como un medio de acercamiento y difusión de la cultura,
que favorece las relaciones sociales, nos planteamos la necesidad de favorecer a los alumnos
dicho acercamiento, buscando la formación de ciudadanos responsables y capacitados para el
acceso a las TIC.

BIENVENIDOS

El Buen uso de Internet ... no existe :

La tecnología transforma nuestras formas de socialización y es difícil adaptarse. Como sociedad, esto nos causa resistencia porque no sabemos qué hay al otro lado. Y atrapados en el medio están los niños: ellos ya están al otro lado, pero sus padres no, y eso genera una sensación de tenerlos fuera de control.
No hay tal cosa como navegación segura, ni debería haber esta preocupación draconiana por proteger a los niños de lo que pueden ver en Internet.
Por lo demás, un recordatorio: el mundo no es color de rosa. Hay cosas “feas” y que no pueden gustarnos, y el niño tiene que verlas igual. En Internet es igual, pero a la enésima potencia. De la misma manera que no deberíamos enseñarle a los niños que hay cosas “prohibidas” de las que no se puede hablar, deberíamos hacer un esfuerzo por explicarles cómo comprender estos fenómenos extraños, ponerlos en contexto y quitarles así la mística que los hace, justamente, tan apelativos.
No hay un “buen uso de Internet” porque nadie es capaz de definir lo bueno, ni mucho menos de convertirlo en filtros de contenido.
¿Pero acaso no debería enseñarse nada en torno al uso de nuevos medios de comunicación? Claro que sí. Un uso responsable de los medios, que entienda las causas y los efectos de lo que hacen.
Enseñarles que hay gente allí afuera empeñada en hacerles daño, en engañarlos, y enseñarles cómo pueden protegerse de ellos.
Que aquello que publican en la web tiene consecuencias y un alcance mucho mayor del que pueden imaginar, y que deben hacerse responsables por la información que ellos mismos comunican. La web no es ya un sitio de consumo de contenidos, es un sitio de creación y expresión, y debemos aprender a hacernos responsables por nuestros aportes.
Que hay contenidos que deben entenderse juiciosa y críticamente, que deben corroborar los datos, ponerlos en contexto, identificar las fuentes. Es importante enseñarles que en Internet hay menos referentes para determinar la relevancia y certeza de la información, y que deben basarse en ella con precaución.
En resumen, los niños no serán, sino que son ya, consumidores y productores de información, en niveles que sus padres no pueden empezar a comprender, lamentablemente. Ya que lo son, educarlos en el uso de los medios no significa poner filtros para prohibir cosas y podamos permanecer tranquilos: si quieren encontrar algo, lo harán. Al margen de cualquier filtro. La educación mediática consiste en que se pregunten por sus prácticas de consumo y producción de información, por la manera como socializan en la web, y estén conscientes de los riesgos que existen y de las consecuencias que tendrán sus propios actos.